jueves, 18 de octubre de 2012

MONT-ROIG DEL CAMP

Vigésimo séptimo día de trabajo.
'Teoría de concatenación de pequeños desastres que conllevan al caos interior propio', es decir: cuando crees que las cosas no pueden empeorar, llega Murphy.

- "Andrés, mañana te vas de excursión a Tarragona. Ya he hablado con el ayuntamiento, te recibirá G.J. de urbanismo y le comentas el tema del proyecto de la urbanización de Mont-roig del Camp"
 
Mont-roig del Camp es un pequeño municipio de interior de doce mil habitantes situado a unos 30 km de Tarragona. Si vuelves a leer la frase de más arriba, habrías entendido apreciado lector, (como yo en un principio) que el municipio de Mont-roig responde al ayuntamiento de Tarragona, pero no...

Vigésimo octavo día de trabajo.
Sin posibilidad de haber reservado coche para viajar el día anterior, me dirijo desde Barcelona Sants a Tarragona. Viaje ameno leyendo La Reconstrucción del Edén, de Pedro Azara. Llego al edificio del ayuntamiento y sin vacilar me dirijo a la recepción:
 
- "Perdone, ¿El departamento de Urbanismo?
- "¿A quién busca?"
- "A la srta. G.J."
- "Mmm...no me suena, espere a ver...; no, no. Igual es que es en Urbanismo; ésto es Proyectos. Vaya a Urbanismo que está a dos calles de aquí y pregunte allí"

Llego a Urbanismo y el mismo procedimiento:

- "Perdone, ¿La srta. G.J?
- "Mmm...¿G.J.? No me suena..., espere, pregunte a los compañeros de urbanismo a ver si ellos la conocen, puede que haya entrado hace poco y no la conozcamos"
Después de unos minutos eternos, me confirman que G.J. no existe, se ha desvanecido. No puede ser. Llamo a mi jefa y le explico que me están diciendo que G.J. no es que no esté, es que se la ha tragado la tierra, no puede ser...es imposible, mi jefa y ella estuvieron hablando, se le confirmó mi visita...a no ser que ... no, espera. No. No. No puede ser. Ostras, joder. Mierda. La he liado.

- "Andrés... ¿En qué ayuntamiento estás?"
No. No. No. No puede ser cierto. Quiero despertar. Esto no es real. Ojiplático y dubitativo respondo:
- "En el ayuntamiento de Tarragona"

Sí. Debía de estar en el de Mont-roig. Pffffff....Notas como la presión arterial en la superficie de tu cara es inversamente proporcional al tamaño que percibes de tí mismo. Parece que te empequeñeces, y mi jefa que está al otro lado del auricular, sin tener una videollamada, nota el enrojecimiento de mi cara. Mierda. La he jodido bien. Ésto no tiene solución. Me van a echar, "La he liao parda".
 
Ok. No. Apáñalo. Vamos, algo se puede hacer. Aún hay tiempo de arreglarlo. Son las 12:30. Llamo a G.J. y le digo lo que me ha pasado, (que soy imbécil), que me retrasaré y si me esperará. No hay problema.
Me dirijo a la Estación de Renfe y pregunto por un billete para Mont-roig. El próximo que sale es a las 16:30. Otra opción es ir a Cambrils a las 14:30 y desde allí pillar un bus. Noto la presencia de Murphy en mi espalda, riéndose en silencio.
Finalmente cojo un taxi. 
- "Vamos, que nos vamos de viaje. Al ayuntamiento de Mont-roig del Camp. Y rápido, que tengo que pillarlo a tiempo. ¿Cómo se llama sr. taxista?".

Aquí es cuando entra en la historia el taxista. Don F.G. Un peliblanco buenazo pueblerino tarraconense, de los de toda la vida, amigable, amistoso  y sociable. Sin embargo, Don F.G. tenía un pero: 
No se llevaba muy bien con las tecnologías.

Después de 35-40 minutos viendo como el taxímetro subía cual prima de riesgo, llegamos al ayuntamiento de Mont-roig. Le digo a Don F.G. que me espere un segundo, por si acaso ese no fuera el lugar. Porque sí. El viaje lo hicimos Don F.G., Murphy, su Ley y un servidor.

- "Hola, soy Andrés, busco a la Srta. G.J., de Urbanismo"
- "Hola, ¿La Srta. G.J.? Creo que no está...; Ese departamento está en Miami Platja, aquí hay otros departamentos del ayuntamiento. Déjeme llamarla."

Desde dentro del ayuntamiento escuchaba a Murphy partirse de risa en el coche con el silencioso motor encendido esperando nuevas órdenes. Esto es increíble. Cuando crees que todo está solucionado, ¡Zas!
Efectivamente, G.J. estaba en Miami Platja, en el departamento de Urbanismo desde las 12:30 esperando.

Miami Platja es un centro turístico costero, situado a pocos kilómetros de Mont-roig del Camp. Al taxímetro le subía la bilirrubina, engordaba como si le metieran el relleno de un pavo para el día de Acción de Gracias. Forzando la máquina. 15 km más. Increíble. No puede ser cierto.

- "¡Don F.G., vamos, a la C/Soria 14, rápido!Ponga en el GPS la dirección"
- "Igual mejor podría buscarlo en su móvil, que si no ahora tardamos más y tal..."
- Cara de..."O_O"

Pfffff. (Aquí es cuando verifiqué que Don F.G. no se llevaba bien con las tecnologías) Primer suspiro. Paramos y pone la dirección en su gepeese hacia dónde nos dirijimos.

Como si de un instrumento traído por un extraterrestre se tratase, con su dedo índice amenazador, se dirije hacia la pantalla táctil del aparato:
- " A veeeer....Destino: Miii...aaa...miiii.......Plat....je...; ah, no, plaaat....jaaa..., (que es con A); vale, mmm...ahoraaa... ¿Calle?"
- "¡¡SORIA, 14!!¡¡VAAA!!"

Pffffffffffffff. Segundo suspiro. Son las 13:45 cuando llegamos finalmente a nuestro destino. Don F.G. al escuchar mi tercer suspiro está hasta nervioso el pobre, que no acierta a darme el ticket de la "maquinita" y tiene que hacerme una factura con papel de calco, como los de toda la vida. Don F.G. es un hombre con recursos. Por cierto, a Don F.G. le dí el día: 65 € se tragó la maquinita. "Si es que las prisas no son buenas" me dice. Cierto Don F.G. pero hoy había motivo.

Finalmente me encuentro con la Srta. G.J. y al contarle lo sucedido, no tengo que fingirle cara de cordero degollado para obtener información, porque la lagrimita que casi quiere asomar por el ojo es real. "Pffff, como yo vuelva ahora a Barcelona sin un papel después de todo lo que la he liado...madre mia..."
Accede a facilitarme la documentación que requería y me facilita las cosas. El trabajo está hecho. Son las 14:15. Estoy en el ayuntamiento, encerrado, pero el trabajo está hecho. Parte de un enorme peso se desvanece, y no es que levite, pero por lo menos no estoy tan hundido como antes. Vale, ahora tengo que volver...Tanta pena les daba que me facilitaron los horarios de los trenes para regresar y Murphy, que yo pensaba que se había ido con Don F.G., se aparició ante mí por última vez: cerca de 2 km tuve que caminar desde Miami Platja hasta Hospitalet de l'Infant para coger el tren de vuelta, porque desde Miami Platja no salían hacia Barcelona.

A las 15:00 de la tarde, carpeta en mano, chaqueta al hombro y camisa abierta, con un sol justiciero en la nuca, iba caminando por el arcén de la Nacional que va desde Miami Platja a Hospitalet. Finalmente hablo con los del trabajo y me dicen que no me preocupe, que finalmente sacamos el trabajo que queríamos, y que éstas cosas nos pueden pasar a todos...; Cierto.
Personalmente nunca se me olvidará el nombre de Montroig del Camp, ni que su ayuntamiento está dividido en Miami Platja.

A las 16:29 pasa el tren hacia Barcelona, y consigo convencer al revisor que hace la vista gorda y sólo me cobra el trayecto de Hospitalet de l'Infant hasta Tarragona, porque yo ya tenía el billete desde allí a Barcelona, aunque ya lo había perdido. "¡No se lo digas a nadie, que ésto no se puede hacer! Pero como ya veo el día que has tenido, venga va." Me dijo. Murphy y su Ley, se habían ido.

Bien está lo que bien acaba y es que la Teoría de concatenación de pequeños desastres conllevan al caos interior propio en principio, pero a su vez, a un extraño sentimiento de reconciliación y equilibrio contigo mismo posteriormente (con un gasto de energía en el proceso, en este caso, el dinero).